lunes, octubre 26, 2009

LOS GIRASOLES CIEGOS de Alberto Méndez


Una guerra no es sólo una epidemia. es una enfermedad crónica del hombre, la inexplicable necesidad de escenificar el infierno sin más imaginación que la de incrementar el número de cadáveres. Especular sobre la vacuna o el remedio que pueda cicatrizar la herida más antigua de la humanidad está en manos de unos pocos; Alberto Méndez es un cirujano protector, una voz que se alza para dotar a la muerte y a la derrota de su propio halo de dignidad.

La guerra civil ha dado dado muchas obras a nuestra literatura e inspirado a generaciones de escritores. He leído pocas novelas de este período histórico aún, pensaba que no me emocionaría tanto con un relato como lo hizo Soldados de Salamina, pero entonces llegó Alberto Méndez. Las cuatro historias unidas las unas a las otras me han dejado huella, y en más de una ocasión pensé que es una lástima que sólo podamos contar con más de una obra de este autor. Pero creo que se terminará convirtiendo en un clásico, que espero que disfruten las próximas generaciones de lectores.
Las cuatro historias muestran la visión de los vencidos y los vencedores, como los primeros luchan por sobrevivir, a veces por vivir una día más, y como los segundos no comprenden por lor lo que han luchando y se mueven por un fanatismo y crueldad aterradores. Esto lo vemos recreado en la historia de Carlos Alegría, donde los soldados del bando ganador no saben muy bien lo que ha supuesto ganar. O bien en la tercera derrota, cuando Juan Serna miente para que su torturador escuche lo que quiere oir, para ganar tiempo a la muerte. Sólo son unos pocos ejemplos de la crueldad, terror e incomprensión de aquellos años.
Entrelaza las cuatro historias y el autor nos las hace vivir muy intensamente. Si tuviera que quedarme con alguna me quedaría con la historia de El manuscrito encontrado en el olvido y Los girasoles ciegos, porque representan el lado más humano de la guerra civil, las verdaderas víctimas. Me ha emocionado mucho la historia del poeta y la lucha por la supervivencia de su hijo, y Lorenzo y la situación que vive en su casa donde su padre se ve obligado a ocultarse, porque peligra su vida.
Una joya de esas que me he encontrado muy de vez en cuando, pero por la que merece la pena esperar.

***

“¿Son estos soldados que veo lánguidos y hastiados los que han ganado la guerra? No, ellos quieren regresar a sus hogares adonde no llegarán como militares victoriosos sino como extraños en vida, como ausentes de lo propio, y se convertirán, poco a poco, en carne de vencidos. Se amalgamarán con quienes han sido derrotados, de los que sólo se diferenciarán por el estigma de sus rencores contrapuestos. Terminarán temiendo, como el vencido, al vencedor real, que venció al ejército enemigo y al propio. Sólo algunos muertos serán considerados protagonistas de la guerra.”

"El miedo, el frío, el hambre, la rabia y la soledad desalojan la ternura. Sólo regresa como un cuervo cuando olisquea el amor y la muerte. Y ahora ha regresado confundida. Olfatea ambas cosas. ¿Hay ternuras blancas y ternuras negras? Elena ¿de qué color era tu ternura? Ya no la recuerdo, ni siquiera sé si lo que siento es pena. Pero le he besado sin tratar de suplantarte."

"Con un lápiz y un papel me lancé al campo de batalla y de mi cuerpo surgieron palabras a borbotones que consolaron a los heridos y del consuelo que yo dibujaba surgieron generales bestiales que justificaron los heridos. Heridos, generales, generales, heridos. Y yo, en medio, con mi poesía. Cómplice. Y, además, los muertos.
"

“He intentado enloquecer pero no lo he conseguido. Renuncio a seguir viviendo con toda esta tristeza. He descubierto que el idioma que he soñado para inventar un mundo más amable, es en realidad el idioma de los
muertos. “

"-Estupor. No por perder una guerra que ya estaba perdida el día que ya empezó, es otra cosa.

-¿El qué?

-Que alguien quiera matarme no por lo que he hecho, sino por lo que pienso...y, lo que es peor, si quiero pensar lo que pienso, tendré que desear que mueran otros por lo que piensan ellos. Yo no quiero que nuestros hijos tengan que matar o morir por lo que piensan."

No hay comentarios: