martes, septiembre 30, 2008

LOS APOSTÓLICOS de Benito Pérez Galdós


"LOS APOSTOLICOS" recoge como trasfondo un momento crítico de la historia española: el de los últimos tiempos del reinado de Fernando VII, casado ya con María Cristina, y las intrigas en torno a la sucesión del trono."



En este Episodio se retoma de los protagonistas principales Salvador Monsalud (por fin reaparece) y Soledad, al mismo tiempo que se narra un tramo decisivo en la Historia española, con el inicio de la reina Regente y la batalla entre las dos facciones. El tramo final es el más intenso, pues refleja la convulsión social y es un preludio a los sangrientos años posteriores en España. Personalmente mi descubrimiento en este libro ha sido el personaje de Benigno Cordero, uno de los más entrañables con los que me he encontrado en los EE. NN. El propio Galdós lo describe como el Héroe.
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“Huérfana y sola, pobre y sin más tesoro que sus virtudes, su amor al trabajo, su tierna solicitud por todas las criaturas débiles o enfermas, usted ha cautivado mi corazón, no con afecto ardiente de esos que más bien hacen desgraciados que felices a los hombres, sino despertando en mí un sentimiento puro, en el cual se enlazan el amor y el respeto, la consideración y la ternura, el deseo vivísimo de ser feliz y el más vivo aún de hacer feliz, rica, considerada y señora a quien ya tiene en su alma todas las señorías de Dios.”





“Cuando el hombre se enamora desde su niñez de ciertas ideas, o sea de lo que llamamos ideales... no sé si me entiendes... y se lanza a trabajar en ellos, se crea una vida artificial. Las ambiciones, la sed de gloria y el afán de todos los días la forman. Así pasa el tiempo y así consume el hombre las fuerzas de su alma en un combate con fantasmas. Cuando hay éxito, querida hermanita, cuando Dios dispone las cosas para que determinados hombres en determinados países sean instrumento de planes providenciales, entonces la vida que he llamado artificial puede dejar de serlo, mudándose en realidad hermosa. Pero cuando no hay éxito, cuando después de mucho desvarío hallamos que todo es quimera, sea por el tiempo, por el lugar o porque realmente no valemos para maldita de Dios la cosa, resulta uno de estos dos fenómenos: o la desesperación o el recogimiento y el deseo de la vida vulgar, tranquila, compartida entre los afectos comunes y los deberes fáciles. Yo he querido optar por lo segundo, que es más natural. Un poeta hablando de estas cosas dijo: Es como una encina plantada en un vaso, la encina crece y el vaso se rompe. Yo creo que en la generalidad de los casos hay que decir: El vaso es muy duro y la encina se seca, y este es el caso mío.”

1 comentario:

Anónimo dijo...

¿como la transición del franquismo al desbarajuste actual?