martes, junio 03, 2008

EL EXTRANJERO de Albert Camus


Guía moral e intelectual de la generación llegada a la madurez entre las ruinas, la frustración y la desesperanza de la Europa de postguerra, Albert Camus (1913-1960) saltó a la fama con la publicación, en 1942, de EL EXTRANJERO. La novela -lúcida descripción de la carencia de valores del mundo contemporáneo- tiene como referencia omnipresente a Meursault, su protagonista, a quien una serie de circunstancias conduce a cometer un crimen aparentemente inmotivado.

El extranjero (1942) es la primera novela que leo de este escritor (Premio Nobel en 1957). El argumento me atrajo desde el principio, y me alegré al volver a encontrarme con este libro al azar, gracias al préstamo de un amigo. Me encontré con una historia corta, pero muy intensa, sobre todo el tramo final. El ambiente sórdido, crudo y desesperanzador es un reflejo del protagonista. Al llegar al final no queda esperanza, da vértigo la reflexión que hizo el escritor con Meursault, fue un visionario de la sociedad global deshumanizada que hoy en día es una realidad. Sólo por ello, el libro es más que recomendable. Meursault es uno de los personajes más complejos con los que me he encontrado, ya desde el principio sorprende su apatía por todo, su falta de reacción ante los hechos que sacuden brutalmente su vida. Criticado y condenado por una sociedad hipócrita, después de todo es honesto y no es más que el producto de la carencia de valores de la sociedad que lo condena.

Como ya dije, un libro impactante, uno de los que más me ha impactado en mucho tiempo. Así que volveré desde luego a Albert Camus, lo más seguro con La peste, que lo recomendáis.

***

“Hoy mamá ha muerto. O tal vez ayer no sé. He recibido un telegrama del asilo: "Madre fallecida. Entierro mañana. Sentido pésame". Nada quiere decir. Tal vez fue ayer.”

"Yo sentía una naturaleza tal que mis necesidades físicas desplazaban a menudo mis sentimientos. Cuanto más reflexionaba, más cosas desconocidas y olvidadas sacaba de mi memoria. Comprendí entonces que un hombre que no hubiera vivido más que un solo día podría sin esfuerzo vivir cien años en una prisión. Tendría bastantes recuerdos para no aburrirse."

"Me asaltaron los recuerdos de una vida que ya no me pertenecía, pero en la que había encontrado mis alegrías más simples y más tenaces: los olores del verano, el barrio que amaba, cierto cielo de la tarde, la risa y los vestidos de Marie. Toda la inutilidad de lo que hacía aquí me subió entonces a la garganta y no tuve más que el apremiante deseo de terminar, de volver a encontrarme en mi celda y en ella el sueño."

1 comentario:

Carlos G. Ferrera López dijo...

Me alegro mucho de que este libro en concreto te haya gustado.Para mí es un híbrido entre un Kafka resucitado y un Baudelaire zombie.
El autor va mucho más allá,claro, pero con la idea general tenemos bastante.
Estoy de acuerdo contigo con lo de la sociedad moderna y tus comparaciones.También podría ser una crítica a la sociedad fundamentalista (y no precisamente sólo argelina)...Es un libro pequeño pero denso en contenido y significado ¡Descansa de él!